domingo, 1 de julio de 2012

NOTAS SUELTAS SOBRE LA ESTACIÓN DE PENITENCIA DE NUESTRA ARCHICOFRADÍA EN EL SIGLO XIX - 3


Entramos en el año 1864 con una serie de donaciones por parte de hermanos y devotos de nuestra Hermandad. Un magnifico manto negro bordado ricamente para Nuestra Señora de la Merced, así como una saya de terciopelo morado, ambas prendas obra de Patrocinio López, un pañuelo también de gran valor artístico, regalo de las esposas de los cofrades y miembros de Junta Eduardo Delgado y Manuel Noriega. Este último además dona una diadema con la que procesiona ese año en lugar de la corona.
En 1865 se estrena el paso que realizó Juan Rossi, de madera tallada y dorada con candelabros obrados también por el mismo autor. El paso de palio se enriquece con los nuevos candelabros de cola, obra del cofrade Joaquín Díaz, que resaltaron aún más el magnífico manto estrenado el año anterior. Finalmente y pese a los estrenos, la Hermandad no pudo realizar la Estación de Penitencia por causa de la lluvia.
El paso de la Santísima Virgen estrena en 1867 el palio de tisú de oro, la imagen de San Juan estrena una capa de las denominadas a la romana que fue confeccionada el año anterior. Nuevamente ese año hay reforma en las túnicas de los nazarenos, los antifaces son más pequeños que los anteriores, confeccionado en merino color morado y por vez primera los nazarenos lucen el escudo mercedario sobre el antifaz, está bordado sobre terciopelo color carmesí con hilos de seda blanco y amarillo.
La Hermandad decide suprimir por motivos de tesorería la banda de música, así como incrementar en 10 reales de vellón la papeleta de salida a los hermanos para las túnicas. Los varales del palio fueron reformados y plateados de nuevo, lo mismo se hizo con las varas de los miembros de la Junta de Gobierno. Al año siguiente Patrocinio López bordó una túnica para el Señor, la que conocemos como la de los Cardos.
En el mes de junio de 1868 la Hermandad de Pasión se fusiona con la Hermandad Sacramental, Ánimas Benditas y Rosario de la Parroquia de San Miguel. Ese mismo año la Junta Revolucionaria decreta el cierre y demolición de la Iglesia, lo que provoca que la Hermandad se traslade a la Iglesia Parroquial del Divino Salvador, instalándose en los altares centrales de la nave de la Epístola. Dicho traslado se hizo gracias a la disponibilidad del entonces párroco del Salvador Dr. Cruz, que enterado del acuerdo de la demolición del templo ofreció lugar en el Salvador, previa autorización del Secretario de Cámara del Arzobispado don Victoriano Guissasola. Un año después la Hermandad firma con los claveros de la Parroquia del Salvador el alquiler de un local en el Patio de los Naranjos del citado templo para almacenamiento de los enseres. La Hermandad no se pudo hacer cargo del local referido hasta que la Autoridad Eclesiástica no dio el visto bueno, lo que sucedió el 7 de febrero de 1871.
De nuevo en 1871 surgen dificultades para realizar la Estación de Penitencia. La salida se pudo realizar gracias a la subvención del Gobierno de la Nación.[i]
En 1877 S.M. el Rey acompañado de la Familia Real, entregó un gran donativo a nuestra Hermandad, gracias al mismo se pudieron hacer varias restauraciones en los enseres.
En el año1878 nuevo cambio en las túnicas de los nazarenos. En esta ocasión las llevan negras de cola, sandalias de cuero y cinturón de esparto de unos ocho centímetros de ancho y cíngulo de igual material, el escudo de la Merced en el antifaz. Las mismas que tenemos hoy. Existen dibujos de la época que los nazarenos visten túnica negra con esparto y cíngulo, con la salvedad de que calzan medias y zapatos de charol con hebillas.
En enero de 1885, la imagen de nuestro Titular estaba presidiendo el Altar Mayor para los cultos anuales. La predicación de la Función Principal estuvo a cargo del Cardenal de la Archidiócesis Hispalense, Fray Ceferino González y Díaz, concelebrando el obispo de Coria don Marcelino Spinola.  Al acto asistieron, demás de la Reina Madre S.M. Isabel II, las autoridades civiles y militares de Sevilla, y la alta aristocracia de Sevilla. Al finalizar el acto, se hizo por las damas asistentes una cuestación económica entre las numerosísimas personas que llenaban el templo, ascendiendo lo recaudado a diecisiete mil reales. 
En 1890 la Junta de Gobierno acuerda que todo el cortejo procesional vista túnica de nazareno, se suprimen así los hermanos que hacía la Estación de Penitencia vestidos de serio. También es el primer año que figuran mujeres en el cortejo, según la nómina asistieron prácticamente totalidad de las hermanas.
En 1900 la Hermandad deja de prestar las túnicas para la Estación de Penitencia, los hermanos deben confeccionarse una o comprar las que posee la Hermandad. La edad reglamentaria para realizar la Estación de Penitencia se fija en 15 años.      
                                              
                                                           José Mª Villajos Ruiz


[i] En 1871 las cofradías por primera vez y de forma regulada reciben una subvención del Gobierno de la Nación.  El ministerio enterado de las dificultades de las hermandades sevillanas para hacer su Estación de Penitencia, y que por parte del Ayuntamiento de la ciudad no hace nada para dar solución al problema, ordenó al Gobernador que proveyera los fondos necesarios a todas y cada una de las hermandades los medios económicos necesarios para que puedan hacer su Estación de Penitencia.

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