jueves, 6 de noviembre de 2008

"MI SENTIDO"

Por Pablo García Medina
Mar de azul paz, serenidad de blanca luz, sentimiento de honda cualidad: así es el cántico del alma que amanece dormida, bajo sombras de naranjos en flor. Bajo cálidas temperaturas, el amplio adoquinado comienza a calentarse por el rozar de la especie; una mañana más de un año cualquiera, el repicar de lejanas espadañas anuncia al cielo un mensaje, mensaje de signos y símbolos que poco a poco van inundando nuestros oídos. Infinidad de elementos van a percibir los sentidos que porteros de nuestra mente son, filtro de percepciones.
Algo especial se acerca. Nuestro ser comienza a experimentar cambios importantes, cambios que por estas fechas son de esperar con gran impaciencia. Quizás algo importante nos sorprenda con un golpe rotundo de al cielo con ella, quizás algo aun más íntimo, quizás algo más natural, no lo sé. La expresión del devenir de los días esta siempre borrosa en el presente, solo Él puede saber lo que mañana o dentro de una hora nos espera. El hombre quizás al pecar de listo se pueda estrellar, o al ponerse por encima de los demás se pueda ahogar en la miseria. ¿Por qué lo hacemos? Porque no sentamos cabeza de una vez para siempre. El hombre no es Dios, ni debe aspirar a ello. El ser humano debe seguir el modelo del hijo de Dios, no querer ser Dios. Dios solo hay uno, único y verdadero, presente y juez en nuestra vida.
Todo es maravilloso, las calles están engalanadas, los vecinos son simpáticos, las fuentes manan agua limpia, el mármol reluce más limpio que nunca, los que participan de esto visten de manera extraordinaria, son elementos de obligado cumplimiento en este momento. Dios ha sido condenado, va a morir. El homenaje ha de ser sincero, sentido y rebosante de Fe, porque de lo contrario nos estamos viendo engañados por la otra cara del ser -progresista y friqui del sinsentido-, de hacer porque toca, de hacerlo porque todos lo hacen. La acción del que carece de personalidad, del que engaña a Dios primero y a su hermano después. El hecho de sacar partido para uno mismo a costa de nuestros propios hermanos, el hecho de la conveniencia que ensucia la convivencia entre hermanos.
El amor de Dios es grande, la ley del señor es Su palabra, la palabra de Dios es vida, la vida es convivencia en Paz, en fraternidad, en armonía con tu hermano; el que vive día a día a tu lado, el que quiere al mismo Dios Padre, el que bebe del mismo vaso y el que es cuidado por ti cuando está en apuros. Con lo cual el resto de elementos que atenten contra lo dicho es división, destrucción, egoísmo, falsedad; y por nada del mundo nos van a ayudar a construir algo grande para la Iglesia universal de la cual formamos todos parte, y tenemos que sentirnos orgullosos de nuestra pertenencia.
Hagamos de estas sensaciones anuales sensaciones diarias. Que Dios nazca dentro de nosotros día a día, que cene con nosotros diariamente, que eleve Su palabra y Su fuerza nos inunde en lo más profundo, y que el curso que se nos viene encima venga cargado de verdadero testimonio de Fe por todos los que participamos en él; y que el modelo de Jesús siga extendiéndose por lo más profundo de nuestro ser.
Animo a todos mis hermanos a profundizar más en el día a día de muestra Archicofradía para intentar que nuestras acciones en la misma gocen de un ambiente más puro y de más sentido, porque aquí todos somos servidores de Pasión.

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