domingo, 29 de mayo de 2011

LA FIESTA DEL CORPUS EN SEVILLA Y SU REPERCUSIÓN EN LA AMÉRICA COLONIAL (SIGLO XVII)

            En el siglo XIII en plena Edad Media, Europa se inclina peligrosamente hacia la herejía eucarística, o lo que es lo mismo, negar la presencia de Cristo en la Hostia Consagrada. 
            En 1264 el Pontífice Urbano IV instituye para la Iglesia con su bula Transsiturum de Hoc Mundo, la fiesta del Cuerpo de Cristo, fiesta que hasta la fecha solamente se celebraba a nivel local en la ciudad belga de Lieja. Pese a ello la nueva fiesta cuyo Oficio fue redactado por Santo Tomas de Aquino prevaleciendo sobre el que redactara San Buenaventura, al parecer encontró alguna resistencia en los cristianos en general. En 1311 Clemente V la confirma en el Concilio de Viena y años más tarde (1317) Juan XXII vuelve a confirmarla instituyendo además una procesión en la que la Sagrada Forma fuese venerada públicamente en las calles. 
            La católica España comienza a celebrar la festividad por tierras de Aragón, ya que al parecer el único monarca hispano que asistió al Concilio de Viena fue precisamente el Rey Aragonés. Se conocen fechas y lugares donde se celebró la Fiesta Eucarística en sus primeros tiempos y que fueron: Barcelona 1319, Lérida 1340 y Valencia 1350. 
            Sevilla no fue primera en la celebración de la fiesta del Corpus, lo que no excluye que su celebración en siglos posteriores descollara de las demás ciudades de España. Una crónica de 1594, refiriéndose a la fiesta celebrada en Sevilla con motivo del Corpus, se expresa como sigue: “Y en todos los lugares de España se celebra las fiesta con increíble solemnidad, pueden rendir vasallaje a la insigne ciudad de Sevilla en celebrar estas fiestas….”   La crónica viene firmada por un tal Reyes M. de la Cerda.
             En los siglos XVI y XVII la fiesta llegó a tener en Sevilla una ostentación sin comparación, cuyos gastos y mantenimiento corrían a cargo del Cabildo, llegando a pagar de sus propias arcas la cantidad de cinco mil quinientos escudos, una fortuna para ese tiempo. 
            Pese a la decadencia de la fiesta en le Siglo de las Luces (s. XVIII), el Corpus ha seguido sin decaer en nuestra ciudad, aunque hoy es solo un corto reflejo de lo que fue en el pasado, no obstante el Corpus sevillano sigue teniendo un sitio especial en los sentimientos del pueblo de Sevilla. Hay que ver salir la monumental custodia de Arfe de la Catedral, difícilmente se podrá olvidar. 
            ¿Qué repercusión tuvo la Festividad de Corpus Christi en la América Colonial?
Es indudable que la preocupación de la Corona de España por la evangelización de las tierras descubiertas por los conquistadores y colonos fuera primordial, ya en el segundo viaje de Colón los frailes Mercedarios y Dominicos acompañaron al Almirante con instrucciones concretas del Arzobispado de evangelizar todo territorio descubierto, lo que se llevó a cabo no sin grandes sacrificios.
            En la América Colonial los festejos religiosos, especialmente los dedicados al Cuerpo de Cristo, fueron siempre celebrados con extraordinaria solemnidad, aunque en los primeros tiempos la fiesta no se celebrara con solemnes procesiones, posiblemente la fiesta sería celebrada a nivel de comunidades religiosas, con asistencia de colonos llegados de España. Debemos suponer que la evangelización de la población autóctona no se hizo en una década, costó varios lustros y muchas dificultades. 
            En el valle de los Andes se sitúa la ciudad de Cuzco (Perú), quizás la más antigua de América. Las autoridades eclesiástica de Cuzco, acordaron implantar las celebraciones y cultos Eucarísticos similares a los que tenía Sevilla, ya por el año 1590 la procesión del Corpus que se hacia en la ciudad era de las de mayor importancia y esplendor de todo Perú. Otras ciudades del Virreinato procuraban hacer la procesión conforme la cuzqueña, incluso Lima en 1600 imitó en todos los actos y festejos a la de Cuzco. No hubo en ningún lugar del Imperio Hispánico, ciudad que celebrara con mayor dignidad la presencia real de Cristo en la Sagrada Hostia. 
            El mayor auge que tuvo el Corpus cuzqueño fue en el último tercio del siglo XVII, cuando la diócesis era gobernada por el hábil obispo don Manuel de Mollinedo y Angulo, para cuyo cargo fue nombrado en noviembre de 1673, tomando posesión en 1674 hasta 1699 que falleció. 
            En el Archivo de Indias se pueden consultar referencias, testimonios y anotaciones de asociaciones y otras fuentes, lo que demuestra la importancia que tuvo en siglos pasados la fiesta en Cuzco y en todo Perú. 
            Desde sus comienzos y hasta nuestros días la fiesta del Corpus en Cuzco reviste dos caracteres, uno el carácter civil -como en todas las fiestas locales- con la concentración de toda la población de la comarca. El otro carácter es el religiosos cuya población acude a la Catedral con sus santos patrones para realizar la ceremonia litúrgica y posterior celebración de la procesión por las calles. Vemos como ello coincide en gran parte con Sevilla.                                                     
                                                                José Mª Villajos Ruiz         
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FUENTES CONSULTADAS.
-          Arte y Espectáculo de la Fiesta del Corpus Christi en Sevilla - Vicente Lleo Cañal  (Edc. Universidad de Sevilla)
-          El Corpus Christi Fiesta Barroca en Cuzco - Jorge Bernales Ballesteros (Primeras Jornadas Andalucía y América)
-          El Consejo Real y Supremo de las Indias (Ernesto Schaffer)
-          Varios Legajos Archivo de Indias                                                                        

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