miércoles, 18 de mayo de 2011

LA ORDEN DE LA MERCED Y SU EVANGELIZACIÓN EN LA AMÉRICA COLONIAL SIGLOS XVI – XVII (BREVES RESEÑAS)

Una de las preocupaciones de la Monarquía Católica al irrumpir el Nuevo Mundo en el teatro histórico de la España del siglo XVI, fue sin lugar a duda la evangelización de los territorios recientemente descubiertos por el Almirante Colón en octubre de 1492. Los Reyes Católicos eligen a la Orden Mercedaria junto con otras tres (Franciscanos, Dominicos y Agustinos), para que evangelizaran las Indias Occidentales.
En 1493 se inicia el segundo viaje de Cristóbal Colón y consta documentalmente que frailes mercedarios acompañaron al almirante, los testimonios de historiadores de la Orden como de fuera de ella dan nombres de religiosos mercedarios que embarcaron con Colón entre ellos Juan Infante, Juan de Solórzano y Jorge de Sevilla. 
Ya hemos apuntado anteriormente la preocupación de los Monarcas Católicos en la evangelización del Nuevo Mundo, suponemos las razones que guiaron a los Católicos Reyes en especial a la reina Isabel, para enviar a frailes Mercedarios como avanzadilla para tal fin. ¿Razones?: Los capellanes de palacio pertenecían a la Orden, destacaba entre ellos Fray Diego de Muros, que más tarde sería nombrado Obispo de Tuy en Pontevedra, Fray Diego de Valladolid que era provincial de Castilla y Fray Jorge de Sevilla, que acompañó a Colón en el segundo viaje como ya se ha dicho y que además era predicador real. Signifiquemos que los primeros Mercedarios que llegaron a América fueron de la provincia de Valladolid. 
Colón informó al rey Fernando de la existencia de tribus que se deberían evangelizar para que en un futuro los colonos que llegaran desde España pudiera relacionarse y comercial con ellas, dicho informe propició la inmediata adjudicación de tal encomienda a los frailes Mercedarios, ya que además de los motivos ya expuestos eran expertos en tratar con gentes de otras religiones, en especial con los Mahometanos de África. 
Debemos comprender que la misión evangelizadora de los monjes Mercedarios no fuera nada fácil, especialmente en las zonas del Perú, plagada de bosques interminables, cordilleras inmensas y sobre todo el impedimento del idioma y la sociedad cerrada de los aborígenes. Hay un hecho que enturbió y dificultó enormemente la acogida cordial de los aborígenes a los monjes, y no fue otro que juntar la cruz con la espada. Los nativos se expresaban recelosos con los extraños personajes que lo primero que hacían era apresar y dar muerte a sus jefes, ejemplo tenemos en la muerte del gobernarte Inca Atahualpa, que aunque en un principio los españoles se mostraron como pacificadores, el Dominico P. Valverde, que era el capellán de Francisco Pizarro y luego nombrado obispo de Lima, no dudo de acusarlo de idólatra y polígamo y condenarlo a ser ajusticiado, hecho que se consumó en julio de 1533, lo que motivo una sublevación de los Incas. Reseñemos que según los historiadores el obispo Dominico acabó devorado por una tribu antropófaga, no se sabe si fue una imprudencia del obispo o una venganza tribal, pero lo cierto es que el hecho está documentado. 
Uno de los mojes Mercedarios de más renombre en la isla de Santo Domingo fue Fray Francisco de Bobadilla, su presencia se debe en particular a la fundación del primer convento en Santo Domingo. En el Archivo de Indias se conserva el documento de fecha 15 de junio de 1514 que corrobora que dicho convento mercedario de Santo Domingo fue el primero y que posteriormente casa de observancia, centro general de estudios y centro misional de la Orden. 
Por el documento en cuestión se sabe que se designaros tres jornaleros de casa que debían trabajar en la edificación de la iglesia. El edificio ya construido y transformado en centro misional de la Orden albergó en las primeras décadas de la evangelización misionera de los Mercedarios a decenas de miembros de la Orden. Fueron nueve sacerdotes y seis profesos los que componían la comunidad en 1528 y entre los años 1528 y 1534 una veintena de monjes, cuyos nombres se harían históricos pues muchos de ellos fundaron nuevos conventos en Tierra Firme y otros lugares del continente recientemente descubierto. Santo Domingo sería en adelante el punto de llegada de todos los misioneros Mercedarios que desembarcaban en América. 
La Virgen de la Merced fue proclamada Patrona de Santo Domingo el 8 de septiembre de 1616, la imagen fue regalo de Isabel la Católica a los primeros misioneros mercedario que pisaron tierra americana, hoy en día es el primer santuario mariano de América y un acreditado centro de culto a María Santísima de la Merced. Con fundamento se puede afirmar que la primera advocación mariana de toda la América Hispana fue y es la Virgen de la Merced: Panamá, Guatemala, México, Venezuela, Colombia, Ecuador, Argentina, Chile y en especial Perú son referentes de la gran devoción que todos los países nombrados tienen como advocación mayoritaria a Nuestra Señora de la Merced. 
Hay mucho más pero serán temas para otros artículos. 

                                                                    José Mª Villajos Ruiz

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