jueves, 24 de junio de 2010

SOBRE EL CONCEPTO DE LOS SÍMBOLOS RELIGIOSOS

En la última entrada de este blog, se da cuenta de la noticia (de sobras conocida por todos, dada la repercusión que ha recibido en todos los medios) de la salvaje agresión contra la sagrada imagen del Señor del Gran Poder. A lo largo de estos días hemos ido recibiendo todo tipo de informaciones acerca de estos hechos, y las repercusiones que los mismos han tenido o podrán tener en un futuro. Creemos, sin embargo, que se impone una valoración global del problema -puesto que lo es, efectivamente- y la obtención de algunas conclusiones, que más bien serán, en realidad, nuevas preguntas. Los hechos son sabidos: brutalmente, un individuo (que además es funcionario público, con lo que ello conlleva en cuanto a su obligación de servicio a la comunidad) agredió con saña a dicha imagen causándole graves daños que, sin embargo, no han sido irreparables. Según parece, tras una serie de noticias iniciales en las cuales se hablaba de una grave perturbación, es posible que las cosas no estén tan claras: en diversos medios se ha apuntado la extrema frialdad, no reñida con la gran violencia empleada, que el agresor (del que algunos medios ofrecen nombre y apellidos: y creemos que ello es justo, ya que deben asumirse ante la sociedad los actos que se cometen y no ampararse en el uso de unos derechos no merecidos) utilizó, y la que parece ser una de sus intenciones, tan pedestre como la de obtener una incapacidad laboral. Desconocemos las implicaciones forenses del caso, que entendemos deberán dictaminar los expertos; sin embargo, no podemos dejar de expresar nuestra sorpresa al constatar, en esta laica, muy laica España en la que hoy, por designios de un gobierno en fase de descomposición nos encontramos, que el cargo que se le imputará al agresor del Señor del Gran Poder es el de "atentado contra el patrimonio cultural". ¿Patrimonio cultural? Sin duda, la imagen, obra maestra de Juan de Mesa, pertenece de pleno derecho a tal clasificación. Pero no es solo eso: es mucho más. Condensa en sí misma los afanes, esperanzas, afectos, emociones de generaciones enteras: baste recordar su reciente restauración, o sus últimos traslados con ocasión de la restauración de su basílica. Baste ver las caras de fieles y devotos en la filmación del excelente documental realizado por Carlos Colón con motivo a su traslado al cercano convento de Santa Rosalía. ¿Eso no es valorable? ¿Esa agresión bárbara, brutal, gratuita y salvaje a los sentimientos de tal cantidad de fieles? Esos fieles, como bien decía Antonio Burgos en su columna de ABC el otro día, han sentido que algo grave le había ocurrido a un miembro de su familia. El familiar que siempre, siempre les acompaña en los momentos malos y en los buenos: sobre las camas de los hospitales y en las habitaciones de muchas de sus casas. ¿Eso, repetimos, no se valora? La Semana Santa, y sus elementos formales -en este caso las imágenes, y más la del Gran Poder, con todo lo que representa- no son solo, pese a sociólogos e ideólogos interesados, muestras de una manifestación cultural. Son Fe; son Esperanza; son Caridad. Para muchos de nosotros, nuestras imágenes son todo eso. Y eso debe respetarse. No se está pidiendo aquí la vuelta a la picota, al garrote vil o al quemadero; pero (aunque la Hermandad del Gran Poder ha decidido no emprender acciones legales contra el agresor) entendemos que, por un ejercicio de sana autoridad pública, debe aplicarse todo el rigor de la Ley sobre este individuo. Porque si no, se estarán creando peligrosos precedentes: si esto llegara a salirle gratis (y gracias a Dios que no ha sido más, pese a que su intención evidente era la de hacerle a la imagen el mayor daño posible), los imitadores -con las motivaciones que cada uno tuviere- que sin duda le saldrían nos obligarán, a las Hermandades y Cofradías de Sevilla, a proteger a las imágenes y a alejarlas de los devotos. Por lo pronto, la Hermandad del Gran Poder ha suspendido el besapié continuado del Señor: ahora tendrá lugar sólo los viernes. Era lógico, aunque quienes pierden son hermanos y devotos. En cualquier caso, mañana viernes, desde primeras horas de la mañana, el Gran Poder estará en Solemne Besamanos en desagravio. Vayamos a Él; demostremos que para nosotros, los cristianos de Sevilla, nuestras imágenes no son piezas de museo, elementos muebles del patrimonio histórico-artístico. Dejemos un beso en Sus manos, que han vuelto a ser colocadas para acogernos a todos junto a Su costado. No le faltemos. No se espera menos de nosotros: demostrémosles a estos ingeniosos "laicos a ultranza" que estos dias se han explayado a gusto y con mal gusto en páginas y foros de Internet que Dios, en Sevilla, no está solo.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...