En 1947, la publicación del libro conjunto de Luis Ortiz y Luis Arenas -y que sería preludio de futuras colaboraciones, como "Sevilla en Fiestas" o "Sevilla Eterna", auténticos referentes editoriales del momento-, supondría conseguir "excediendo los límites físicos de la estampa" y dando a esta obra el "carácter de verdadero poema épico", captar la "fugitiva realidad externa sevillana" y su "muda belleza", en un libro escrito "con apasionamiento y con medida", un "apasionamiento constante, vívido, férvido, por su ciudad materna", según prologaba la obra Joaquín Romero Murube.
No pocas páginas se dedican al Señor de Pasión en esta obra: describe a Jesús de la Pasión como el símbolo, para Montañés, "de la humanidad dolorosa de Cristo [...], es decir, equilibrio, armonía, entre la bellísima forma humana doliente y la mesura de la majestad divinal, que acepta, por voluntad propia, el sacrificio".
Si Dios quiere, en estos días realizaremos un breve recorrido por las páginas dedicadas en esta obra tanto al Señor como a otros aspectos de nuestra cofradía: pasos o insignias -y algunas imágenes, cuando menos, sorprendentes- se nos desvelan, para nuestro disfrute, en esta obra. Aquí figura una muestra de la misma, digitalizada a gran resolución: si se pincha en la fotografía ampliándola hasta su tamaño real, es difícil resistirse a la tentación de guardarla...
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