lunes, 7 de marzo de 2011

CARTA DE NUESTRO ARZOBISPO ANTE LA VISITA DE LA CRUZ DE LOS JÓVENES Y EL ICONO DE LA VIRGEN

Queridos hermanos y hermanas:
Como es bien sabido, entre el 16 y el 21 de agosto, tendrán lugar en Madrid las Jornadas Mundiales de la Juventud. Previamente, la Cruz de los jóvenes, que está peregrinando por España y que el Papa Juan Pablo II les entregó en 1984, llegará a nuestra Archidiócesis, acompañada del Icono de la Virgen. Será el próximo 10 de marzo. La recogerán un grupo de jóvenes sevillanos de la Delegación de Pastoral Juvenil de manos de los jóvenes de la Diócesis de Orihuela-Alicante, en una ceremonia que tendrá lugar el Miércoles de Ceniza en el Santuario alicantino de la Santa Faz. Son muchos los actos programados para la acogida de estos símbolos preciosos. Los está preparando la Delegación de Pastoral Juvenil en colaboración con otras Delegaciones diocesanas y con las Congregaciones religiosas y Movimientos apostólicos que van a participar activamente en los encuentros de adoración y profundización en el misterio de la Cruz. Desde el viernes posterior al Miércoles de Ceniza hasta el segundo domingo de Cuaresma, la Cruz y el Icono nos ayudarán a hacer nuestras las palabras de San Pablo «Nosotros predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos» (1 Cor. 1, 23). También hoy el símbolo supremo del amor de Dios por la humanidad es incomprendido, cuando no despreciado, por una sociedad que ignora el valor de la Cruz de Cristo y que no asume el sufrimiento ni valora su capacidad redentora cuando se asocia a la Pasión y Muerte del Señor. Desde el viernes posterior al Miércoles de Ceniza hasta el segundo domingo de Cuaresma, la Cruz y el Icono nos ayudarán a hacer nuestras las palabras de San Pablo «Nosotros predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos» (1 Cor. 1, 23). También hoy el símbolo supremo del amor de Dios por la humanidad es incomprendido, cuando no despreciado, por una sociedad que ignora el valor de la Cruz de Cristo y que no asume el sufrimiento ni valora su capacidad redentora cuando se asocia a la Pasión y Muerte del Señor. Precisamente por ello, está previsto que la Cruz visite lugares de sufrimiento y esperanza, que se encuentre con los presos en la cárcel, con los enfermos en los hospitales, con los ancianos en las residencias donde viven, y con otros muchos hermanos nuestros necesitados, que nuestra Iglesia atiende y acompaña y que nos muestran el rostro doliente de Jesucristo, tal como nos recordaba Juan Pablo II en su carta apostólica Novo Milenio Ineunte. Hemos previsto que la acogida de la Cruz y del Icono de la Virgen comience en Sevilla en un lugar emblemático para todos: El Vía-Crucis al antiguo Humilladero de la Cruz del Campo, del que nació nuestra Semana Santa, de renombre universal. Con esta práctica piadosa, en la tarde del primer viernes de Cuaresma, nuestra Archidiócesis iniciará la peregrinación de estos símbolos sagrados, tan queridos por los jóvenes de todo el mundo, por las seis Vicarías de la Archidiócesis. El Santo Padre Benedicto XVI, en su primera Encíclica Deus Caritas Est nos dice que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida, y, con ello, una orientación definitiva”. Esta convicción, que muchos jóvenes sevillanos comparten gozosamente, la van a manifestar en estos días en una Misión Joven, que llenará las calles de Sevilla tras la ceremonia de envío que presidiré en la Plaza del Triunfo el sábado 12 de marzo a las 10 de la mañana. Cientos de jóvenes van a anunciar públicamente su fe en Jesucristo, cada grupo desde sus formas particulares de vivirlo y celebrarlo en la comunión de la Iglesia. Estoy seguro de que la llegada de la Cruz y el Icono de la Virgen va a suponer un acontecimiento de gracia para los jóvenes. Estos símbolos de nuestra fe, que han pasado por la Puerta de Brandemburgo, por la Zona Cero de Manhatann y por otros muchos lugares emblemáticos de la historia antigua y reciente de la humanidad, llegan a nuestra Archidiócesis para ayudar a los jóvenes a encontrarse con Jesucristo en la profundidad de su misterio redentor y en la celebración penitencial que tendrá lugar el primer domingo de Cuaresma, a las 19 horas, en nuestra Catedral. La Providencia que querido que la Cruz y el Icono presidan los actos celebrados en el Seminario Metropolitano en la festividad de San José, efemérides vocacional por excelencia en nuestra Iglesia. Pediremos al Señor en la Cruz y a su bendita Madre muchas y santas vocaciones para el servicio al Pueblo de Dios que peregrina en Sevilla. Finalmente despediremos la Cruz y el Icono con la celebración de la Eucaristía en el Muelle de las Delicias. Allí se embarcará en la Nao Victoria rumbo a Sanlúcar de Barrameda, donde la entregaremos a la Diócesis hermana de Asidonia-Jerez. Os convoco a todos a estos actos que nos anticiparán la gran cita que el próximo mes de agosto viviremos en Madrid. Junto al Santo Padre, seremos testigos de lo que Jesucristo hace en el corazón de los jóvenes que le abren las puertas sin miedo y volveremos a vivir la renovación que conlleva su encuentro vital y cálido con el Señor.
A todos os esperamos. Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla

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