Durante
todo el periodo de la
Reconquista , los caballeros castellanos trataron de convertir
a los musulmanes y judíos, empeño que ya en el siglo XVI y en misiones por el
norte de África continuó. Sería no obstante el descubrimiento por Cristóbal
Colón de las tierras americanas lo que proporcionaría un amplísimo territorio
para la acción evangelizadora Hispánica. Como es sabido España traspasó a
América el idioma, costumbres e instituciones tanto civiles como religiosas.
La
ciudad de Sevilla se convierte entre los siglos XV al XVIII en el centro neurálgico
de América, ya que servía como ejemplo de cultura y modelo de disciplina
eclesial para el clero secular. El Pontífice Alejandro VI con fecha 3 y 4 de
mayo de 1493 y por sus bulas Inter
Coetera, delega en los Monarcas Católicos la misión de llevar el Evangelio
a las descubiertas y conquistadas tierras americanas, les recomendaba muy
especialmente el envío a las Indias de varones temerosos de Dios, instruidos y
que fueran doctos en materias de enseñanza del Evangelio a todos los infieles.
En
el año 1511 Julio II, a través de su bula Romanus
Pontifex, decreta que los tres primeros obispados en América formaran parte
de la Provincia
de Sevilla dependiendo de su Arzobispado, siendo los obispados creados los de Santo
Domingo, Puerto Rico y Concepción.
La
práctica sacramental forma parte esencial de la vida espiritual de todo
cristiano. En el Ritual Hispalense de los siglos XIV y XV que se puede consultas
en la Biblioteca Colombina ,
se sigue minuciosamente la liturgia en la Sevilla del bajo medioevo.
El
más importante es el Bautismo, puerta de otros sacramentos, y que cómo es
lógico fue el primero que se administró a los indios americanos integrándolos
así en la Iglesia Católica.
Sabemos por el cronista Bernal Díaz del Castillo que desde los primeros tiempos
de la llegada a México del Hernán Cortés fue su máxima la de bautizar infieles.
Se conocen datos que en los primeros años de la conquista hubo bautizos en masa
cuya labor fue encomendada a los franciscanos desembarcados en 1524. Sin
embargo otras zonas americanas como Perú, no se realizaron en principio muchos
bautizos, Perú era una extensión de territorio amplísimo y la falta de
sacerdotes era evidente.
Franciscanos
y dominicos, en principio sólo administraron a los indios los sacramentos de
Bautismo y Matrimonio, por supuesto el de Penitencia no faltó. El sacramento de
la Eucaristía
sólo era dado con la autorización expresa del arzobispo y los prelados decidían
quienes deberían recibir el sacramento de la Confirmación.
Una
vez que los territorios estaban calmados y pacificados, los religiosos
destacados para cristianizar a los naturales hicieron grandes esfuerzos para
que la enseñanza del catolicismo a los nuevos cristianos se mantuviera, dándoles
adoctrinamiento antes y después del Bautismo y predicándoles la Doctrina a los adultos
todos los domingos y diariamente a los niños.
Como
se ha dicho al principio de la entrada, España exportó a la América colonizada además del
idioma, nuestras costumbres y las instituciones tanto civiles como religiosas.
Sobre la institución religiosa cuyo protagonismo se llevó a cabo por religiosos
Franciscanos, Dominicos y Mercedarios, fue bastante análoga y espiritualmente
semejante a las costumbres peninsulares, por tanto la vida espiritual en todos
los territorios gobernados por virreyes, capitanes generales o instituciones
cívicos militares fue similar en general.
Pero
hay que reseñar dos aspectos en la religiosidad del español que se instalaba en
América: el culto a la
Eucaristía y la devoción a la Virgen , lo que se puede
comprobar fácilmente consultando la documentación existente en el Archivo de
Indias, especialmente en los legajos de bienes de difuntos.
Sin
duda el culto a la
Eucaristía se manifiesta de manera inequívoca en las fiestas
del Corpus Christi, celebración que en la Sevilla de los siglos XV, XVI y XVII como fiesta
cívico religiosa fue la más importante de todas las celebradas, su señalado fin
de rendir culto a la presencia real de Cristo en la Eucaristía era motivo
para hacer una autentica fiesta en la que participaban todos los estamentos
sevillanos y que llegaron a convertir la ceremonia litúrgica un autentico
espectáculo. La fiesta del Corpus se trasladó a la América Colonial
con todas sus categorías y costumbres, en especial tuvieron gran resonancia las
fiesta del Corpus que se celebraban en la localidad peruana de Cuzco.
La
devoción a la Santísima Virgen
en América, fue para los nativos muy popular. Los primeros conquistadores ya la
llevaron en las naves que cruzaron el Atlántico, es conocida la costumbre de
Pizarro de rezar a diario las horas de Nuestra Señora, su hermano Gonzalo era
devotísimo de Santa María, Valdivia fue el que financió la construcción de la
ermita de Nuestra Señora del Socorro en Santiago de Chile, por lo que no debe
de resultar extraño que América sea conocida como “mundo de María” ya que quinientas
ciudades llevan nombre de advocaciones marianas.
Finalmente
hacemos mención a una devoción sevillana por excelencia la de Nuestra Señora de
los Reyes, devoción que en la América Colonial arraigó hasta el punto que la
advocación de Virgen de los Reyes posee capilla propia en las catedrales de
México, Puebla y Lima.
Sobre
la Semana Santa ,
otra de las manifestaciones religiosas que los españoles llevamos a las tierras
americanas, es tema que dejaremos para otra entrada.
José Mª
Villajos Ruiz