La llamada Loca del Sacramento, doña Teresa Enríquez, llega al mundo en Valladolid aproximadamente hacia 1450, era de la misma edad que la Reina Católica Isabel y prima hermana del Rey Fernando II de Aragón y después V de Castilla por su matrimonio con Isabel, sus padres eran don Alonso Enríquez de Quiñones, Almirante Mayor de Castilla y María Alvarado Villagrán. Queda huérfana de madre al nacer, por lo que su padre entrega la tutela de la recién nacida a su abuela doña Teresa de Quiñones, educándose bajo su atención en toda clase de virtudes. Teresa siempre estuvo muy unida a la reina Isabel ya que ambas eran poseedoras de las mismas virtudes en caridad y religión, como por ser la esposa de don Gutiérrez de Cárdenas, uno de los personajes más cercanos a los Monarcas Católicos. Su marido fue figura prominente como consejero en todos los asuntos importantes del reinado de Isabel y Fernando, incluso gran protagonista en la boda de los Monarcas, como Alcalde Mayor de Toledo y también Contador Mayor, su consejo fue decisivo en el nombramiento de Cisneros como Primado de Toledo. Teresa que como ya se ha indicado estuvo siempre incondicionalmente junto a Isabel, destacó sobre todo en su labor como enfermera en el Hospital de la Sangre de la Santa Fe, que la reina había instalado durante el largo asedio de Granada. Mientras vivió su marido, Teresa tenía que acudir a las fiestas de palacio, en ocasiones por razón de su cargo elegantemente vestida y luciendo joyas, entones se dirigía a su oratorio y arrodillada ante el Crucifijo le oraba diciendo: “Cristo amado, Tú bien sabes que estos arreos a mi nunca me agradaron.” Cuando queda viuda en 1503, Teresa dice adiós a todo lo mundano y se retira a su Villa de Torrijos, dando cuenta de todos sus bienes que los entrega en obras de caridad. En años de sequía y cuando las cosechas eran malas, a los labradores les repartía tierras, le facilitaba simientes y hasta yunta de bueyes. Llega a sus oídos el heroísmo y caridad del sacerdote sevillano don Fernando de Contreras, le llama a Torrijos para que se ponga al frente del colegio para huérfanas que ha fundado y a las que atendía ella misma, dirigido por este sacerdote sevillano, veinte años más joven que ella, fue su gran consejero y colaborador en los últimos años de su vida. Cuando aún no se habían establecido los seminarios, Teresa funda en Torrijos un colegio llamado de los Mozos del Coro, los alumnos además de realizar sus estudios, se encargaban de las alabanzas divinas que era la ilusión de nuestra Teresa Enríquez, embrión de lo que después fueron las Cofradías del Santísimo Sacramento, y que gracias a su celo se extendieron por toda Europa e incluso por las tierras recientemente descubiertas de America. La finalidad de las Cofradías Sacramentales que fundara Teresa Enrique se refería a todo lo que redundara en mayor esplendor del culto divino y atención a sagrarios abandonados, ella tenía una serie de informadores que la tenían al tanto de cómo se adoraba al la Eucaristía en todas partes. Para perpetuar el culto al Santísimo fundó monasterios y conventos para que nunca faltara la alabanza divina. Ella misma mandó construir una capilla anexa a su casa palacio que la tituló Corpus Christi donde pasaba horas postrada ante el Sagrario, el Papa Julio II la llamó “Loca del Sacramento”. Tenía mucha estimación a todas las religiosas contemplativas, por mediación de la reina Isabel conoció de cerca a santa Beatriz de Silva y su Orden de las Inmaculada Concepción, a la muerte de la santa nuestra Teresa Enríquez siguió favoreciendo a las monjas de la Orden Concepcionista. Doña Tersa moría en Torrijos en marzo de 1529, era sepultada junto a su esposo como ordenaba en su testamento en el monasterio franciscano de Santa María de Jesús, monasterio que durante la invasión francesa en 1809 es parcialmente destruido y que en 1856 se desmorona totalmente, fecha que el cadáver momificado de Doña Teresa es trasladado al monasterio concepcionista donde aún reposa. Han transcurrido más de 475 años de su muerte para gloria de nuestra de nuestra Loca del Sacramento, su causa de beatificación y canonización se inició en Toledo en el año 2001 clausurándose el proceso diocesano en Torrijos el 30 de noviembre de 2002. Meses después los cardenales reunidos en congreso aprueban el proceso diocesano. Con este nuevo paso ya se continúa trabajando en la redacción de la causa cuya aprobación seguirá las declaración de virtudes heroicas y el titulo de Venerable.
José Mª Villajos Ruiz
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