En el día de ayer tuvimos la oportunidad de asistir al primer acto formativo que nuestro nuevo Director Espiritual, don Eloy Caracuel, ha impartido para los Hermanos de Pasión. Fue un acto muy ameno, dinámico y enriquecedor. Tuvo lugar en la Sala de Exposiciones y comenzó a las 11 de la mañana con una oración de acción de gracias. Tras rezar, también pedimos a Nuestros Sagrados Titulares que estas dos horas de formación resultaran fructíferas y nos permitieran conocer bien los conceptos que luego nos permitan dar razón de fe de las cosas del cristianismo. A continuación comenzó a entrar en el tema que nos había reunido: El año litúrgico.
Para Dios no existe el tiempo. El tiempo es una medida de los hombres y nos organizamos en años naturales. Por eso la salvación del Señor es atemporal, es para los de antes de él, los de durante y los de después. La Iglesia usa el año litúrgico, por el que la Iglesia celebra la historia de amor que Dios ha hecho con todos nosotros. Se basa en las celebraciones religiosas de la Iglesia Católica y se divide en distintas partes: Adviento, Navidad, Tiempo ordinario (desde el Bautismo del Señor), Cuaresma (que comienza el Miércoles de ceniza), Semana Santa, Tiempo Pascual (que finaliza con Pentecostés), y por último, el resto del Tiempo ordinario (acabando el año con la festividad de Cristo Rey). Hay festividades especialmente señaladas en ese calendario litúrgico; de entre todas, el núcleo es la Vigilia Pascual que se celebra la noche de Pascua, y de ahí deriva toda la liturgia. Jesucristo ha pasado a la Historia por su vida pública y por lo que Él hizo por la salvación del mundo. Esto lo desarrollaremos más en el próximo acto formativo, que será en febrero en una fecha aún sin determinar.
El otro momento importante es el Nacimiento, que va precedido de un tiempo de preparación que es el Adviento. Es un tiempo de preparación hacia la Navidad, en la que celebramos el cumpleaños de Jesús. El periodo de Navidad se inicia con la misa de Nochebuena, la celebración del día de Navidad y luego continúa con una serie de fiestas: día de la familia, Santa María Madre de Dios y la Epifanía del Señor.
Nuestro Director Espiritual explicó que para todos estos tiempos hay unas lecturas especiales, que nos sirven para poder tener una actitud correcta: debemos estar alegres porque ha nacido el Salvador, quien ha venido a liberarnos de la esclavitud del pecado. El Adviento viene a situarnos: habla de las tres venidas.
- La primera venida, ya realizada, la conocemos como Navidad (que ya pasó realmente hace 2015 años) y que nos habla de una promesa cumplida: Dios vino de una manera física y visible. Con su venida, el Reino está presente ya. Los cristianos tenemos que intentar adelantar hacer posible aquí y hoy el Reino y sus valores en este mundo: cuidando de los pobres y los marginados y anunciando la buena nueva.
- Existe una segunda venida: igual que el Señor ha venido, vendrá al final de la Historia. Esta segunda venida es conocida como la parusía, que hace referencia al advenimiento glorioso de Jesús al final de los tiempos. Parusía significa presencia, llegada. Es una palabra poco conocida. Igual que vino en la humildad de nuestra carne, vendrá en gloria y majestad, porque nuestra historia no es cíclica, sino lineal. De Dios venimos y a Dios vamos. Hay un momento en esa Historia universal en que vino el Salvador del mundo (se encarna y nace en la Navidad) pero vendrá a cerrar la Historia.
- Hay una tercera venida: la venida a nuestro corazón. El Señor quiere venir siempre a nuestro corazón; por eso hay que decir continuamente: Ven, Señor, Jesús. Ayúdame, Señor. La actitud cristiana por excelencia es esperar la venida del Señor. Si se lo pedimos, el Señor viene. Tenemos que tener el corazón limpio y abierto para hacerle pasar.
Nosotros no podemos perder ninguna de esa tres venidas al celebrar con nuestras familias y amigos la Navidad. En muchas casas, incluidas las cristianas, el gran ausente es Jesucristo, incluso en Navidad. Siempre Cristo ha de estar presente: bendiciendo la mesa, dando de besar a una imagen del Niño Jesús, poniendo el Nacimiento, hablando de la venida del Señor,…
El Señor nos ayuda a prepararnos para ello con la Palabra y con algunos personajes que nos auxilian mucho:
- La primera, la Virgen María. Acabamos de celebrar la Inmaculada Concepción. Hablamos de una mujer a la que el Señor preservó del pecado original en función de que iba a ser la Madre del Salvador. La preparó por adelantado; es verdad que luego ella fue sin pecado toda su vida y modelo de santidad. La Virgen nos indicó que las promesas se hacían con su Hijo realidades.
- Otros personajes importantes son los profetas (personas elegidas por Dios para anunciar algo que está por venir): cabe citar a Isaías, Jeremías, que nos hablan constantemente de toda la promesa y hablan de cómo serán los tiempos mesiánicos.
- Y no podemos olvidarnos de San Juan Bautista, que fue el último gran profeta y anunció la inminencia de la venida del Hijo de Dios.
En el tiempo de Adviento hay una palabra importantísima: la conversión. Hay que vivir con alegría, viviendo el Reino de Dios, con los ojos y el corazón puesto en nuestro Salvador, quien da sentido a nuestra vida. Debemos prepararnos, reconciliarnos con los hermanos y convertirnos. El papel central de la conversión lo tienen la confesión particular y los actos penitenciales de Adviento y de Cuaresma.
En todo esto, también la liturgia tiene su importancia para conocer datos del año litúrgico. Por ejemplo, los colores en las celebraciones de la Iglesia Católica tienen su significado. El color del tiempo ordinario es el verde, que simboliza la esperanza y que se usa los domingos y los días que no son fiestas especiales. El blanco es el color de las fiestas de Jesús, la Virgen y los Santos y simboliza la pureza y la alegría. El morado, es el de los tiempos de Adviento y Cuaresma, se usa también en la fiesta de los Santos Inocentes y los oficios de penitencia e imploración; simboliza la penitencia y el duelo. El rojo es el color para los días de la Pasión de Jesús, el Espíritu Santo y los mártires y simboliza el fuego, la sangre y la realeza. Hay otros colores que también utilizamos. El color rosa se puede usar, en vez del morado, el tercer domingo de Adviento y el cuarto de Cuaresma (o también conocido como domingo de laetare). El negro el Viernes Santo y en los oficios y las misas de difuntos. Y en España, el celeste el día de la Inmaculada Concepción.
Ahondando en todo esto, se habló de la importancia de los cultos, la caridad y la formación en la Hermandad, de que todos los cristianos asistamos a las misas los domingos, confesemos y participemos de la vida en comunidad como Iglesia y de lo bueno que es leer las lecturas de cada día si no se puede ir a misa diaria. También se trabajó en pequeños grupos durante unos minutos para poner en común lo aprendido. Y tras contestar a las dudas que surgieron entre algunos de los presentes, nuestro Director Espiritual nos animó a acudir a la Misa del Gallo que tendrá lugar el día de Nochebuena en la Iglesia Colegial del Salvador a las siete y media de la tarde. Será un acto solemne, que contará con la participación del coro de la Hermandad del Rocío de Sevilla y al que tanto don Ángel como don Eloy esperan asistamos los Hermanos de las cinco Hermandades de la Colegial con nuestros familiares y amigos. Por último, se finalizó como no podía ser de otro modo rezando por nuestros Hermanos difuntos.
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