sábado, 4 de abril de 2009

ÁNGELES PASIONARIOS DE JUAN ALBERTO PÉREZ ROJAS
















Nuestro hermano, el imaginero D. Juan Alberto Pérez Rojas, ha tallado una pareja de ángeles pasionarios que hoy podremos admirar acompañando al Señor en su solemne besapié. Son propiedad de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de las Torres, de Álora (Málaga), a donde marcharán el Lunes Santo, para acompañar, el Jueves, a dicha Imagen en su discurrir procesional. Agradecemos a nuestro hermano Alberto su amable préstamo -asimismo, ha obsequiado a nuestra Hermandad con las peanas realizadas para los mismos-, y le deseamos una fructífera carrera profesional. Adjuntamos también fragmentos de un estudio iconográfico de ambas imágenes realizado por el Pf. Dr. Juan Antonio Sánchez López, Profesor Titular de Historia del Arte de la Universidad de Málaga:
"A punto ya de finalizar la primera década del siglo XXI, la tradición de la escultura religiosa en madera policromada sigue experimentando un florecimiento imparable [...]. Juan Alberto Pérez Rojas pertenece a esa última generación emergente de jóvenes artistas que, a lo largo y ancho de Andalucía, continúan reinventando las formas consagradas por los grandes maestros que nutrieron las necesidades artísticas de las Hermandades del siglo XVII y XVIII, pero también del XIX y el XX. Es evidente que el magisterio del Pf. Dr. Juan Manuel Miñarro López se ha hecho sentir sobre Juan Alberto Pérez Rojas quien, desde la base de lo aprendido junto a uno de los pilares fundamentales de la escultura procesional contemporánea,ha aquilatado la formación recibida y se encuentra ahora en una interesante fase de búsqueda personal de unos modismos y un estilo propios que, sin duda, habrá de deparar más de una grata sorpresa en los tiempos inmediatos. Como preludio de lo referido, uno de los grandes estrenos de la Archicofradía de Jesús Nazareno de las Torres de Álora serán los ángeles pasionarios que acompañarán al Cristo titular desde la presente Semana Santa de 2009. A partir, sobre todo, del siglo XVII, fue costumbre que las imágenes de Cristo fuesen escoltadas por esculturas de este tipo, cuyo propósito era compendiar en los atributos exhibidos en las manos un auténtico resumen de la Pasión, a la cual sirven, asimismo, de referencia explicativa y refrendo iconológico. No obstante, sería en el siglo XVIII cuando su presencia terminó generalizándose, vinculándose de manera particular a la iconografía del Nazareno cargado con la cruz y en ademán de recoger los extremos de su cíngulo con gesto compungido. Juan Alberto Pérez Rojas continúa, en pleno siglo XXI, con esta tradición, habida cuenta de que la consideración de los ángeles pasionarios como piezas procesionales no sólo responde a intereses persuasivos y decorativos, sino que también reporta un significado triunfal [...]. Contemplados en unión del Nazareno de las Torres, los ángeles de Juan Alberto Pérez Rojas introducen una recapitulación completa del ciclo de la Pasión, recordando al espectador los sufrimientos del Salvador. Por ello, al situarse a sus pies, evocan ante todos los Improperia o Arma Christi; es decir, las herramientas, instrumentos o atributos mediante los que, de manera gradual, Cristo había certificado y conquistado la Redención humana [...]. El artista concibe una pareja de ángeles niños de gestos, actitudes y valores plásticos inteligentemente contrapuestos, buscando una asimetría casi absoluta para evitar cualquier atisbo repetitivo o monótono. Elevados sobre formaciones nubosas, uno de ellos se enjuga las lágrimas en el paño y se repliega sobre sí mismo, ensimismado en el dolor; mientras el otro manifiesta teatralmente su desconsuelo elevando la mirada y extendiendo las manos con gesto implorante [...]. Adoptando como punto de partida las obras del Barroco sevillano –las de los Ribas y Pedro Roldán y sus seguidores en particular- Pérez Rojas dota a sus creaciones de un robusto modelado, aprendido de su maestro Juan Miñarro López [...]. De esta manera, mientras el rostro del ángel plañidero queda semioculto por el gesto doliente de una de las manos, en su compañero la otra se extiende demandando la compasión del espectador y su implicación en la escena, al invitarlo a identificarse, a compartir y a compadecerse, en suma, del sufrimiento del Nazareno. Los volúmenes blandos de las nubes aúpan las figuras, al tiempo que las dota de cierta ingravidez que atenúa la fuerza del tratamiento escultórico desarrollado por el autor".

2 comentarios:

Alfonso dijo...

Magnífico trabajo de este joven escultor. Recomiendo miren su web.

Para mas info: www.escultorperezrojas.com

Isa dijo...

Sin duda un magnífico trabajo, me siento orgullosa de lo que ha logrado al que considero mi amigo, precioso trabajo no esperaba menos, sus expectativas siempre fueron altas. Un saludo, de tu amiga rondeña.

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