Fotografías: Manuel Álvarez Casado.
Hoy ha vuelto a su casa, tan bella como llegó hace ya cuarenta y tres años, de la mano de un Sebastián Santos que entregó con Ella a nuestra Hermandad lo mejor de sí mismo. Restaurada de los estragos del tiempo, Nuestra Madre y Señora de la Merced ha regresado para volver a ser, en presencia -porque nunca dejó de serlo en Su ausencia- la Madre y Señora de todos los hermanos de Pasión. Viendo estas fotografías, solo queda dar gracias: al Señor, por el feliz término de la restauración que nos ha devuelto a Su Madre tal y como llegó a nuestra Archicofradía; y a nuestro hermano Enrique, su restaurador, por el amor, el cariño y el mimo que -como bien se advierte- ha dejado en cada hora de su trabajo. Esta tarde, en la que volvimos a reunirnos en torno a nuestra Madre, hemos querido también dar gracias de una manera más tangible: en estos duros momentos que vivimos, nuestra Hermandad ha querido ayudar a aquellos que tienen menos que nosotros, allegando fondos para socorrer económicamente a la parroquia del barrio sevillano de Los Pajaritos: que el Señor y Su Madre les bendigan, por permitirnos hacer en ellos una buena obra.
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