Nuestra hermana, la Camarera de Ntra. Mª. y Sra. de la Merced, Loli Baliña. Fotografía: J.J. Comas para ABC |
El discurso de la cofradía se guarda en un patio de naranjos con recuerdos de abluciones y realidades de sacramento, donde recibe Santa Librada en su cruz, donde se aprende la matemática barroca del esplendor entre uvas, espigas y jaspes y los huesos de los mártires juegan a ser damero sin ficha para mover. Un frescor de piedra vieja se cuela peldaño arriba a encontrarse con el olor de filo de noche de la plata limpia. Arrancan a la fuerza, metódicamente, brillos y esquirlas de luz que no se apagarán cuando el crepúsculo pase de violeta a cobalto y luego sea negro, cuando el Señor de Pasión se escape de su relicario para enseñar a Sevilla la medida dulce del más trágico dolor.
En ABC de Sevilla, 4-IV-2011
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