Cultos de Enero de 1964: el Señor en su paso, con la túnica de los acantos. |
En el libro 10º de acuerdos de nuestra Archicofradía Sacramental, folios 15 vuelto y 16, figuran suscritos por el entonces Secretario Primero Antonio Lafarque Rengel, los acuerdos tomados en el Cabildo de Oficiales celebrado el 4 de febrero de 1964, y en el que entre otros se hace constar el magnifico esplendor de los cultos de la Novena. Recordemos que ese año y por dificultades de instalación por estar restaurándose el Altar Mayor, se colocó a Nuestra Sagrada Imagen en su paso procesional, cuya instalación luminaria contribuyó a destacar especialmente la figura de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, vestida en esa ocasión con la rica túnica bordada que estrenara en la Semana Santa de 1868, además de destacar igualmente la riqueza de nuestras andas. Tanto la Función Solemne como la Comunión General y la Protestación de Fe, revistieron la solemnidad que ya es tradicional en nuestra Archicofradía entre los numerosos hermanos y hermanas que tomaron parte con el recogimiento y fervor de todos los asistentes. La Junta de Gobierno recibió innumerables felicitaciones al finalizar la Función y cabe destacar que a la culminación de estos cultos se repartieron cuatrocientas bolsas de víveres, con un coste total de quince mil pesetas.
Don José Sebastián y Bandarán, ante la antigua Virgen de la Merced |
En el Cabildo de Oficiales del día 2 de noviembre de 1965, entre los acuerdos tomados por la Junta de Gobierno de nuestra Archicofradía hubo uno de transcendental importancia. El relativo, previa propuesta del Hermano Mayor, a la Institución de la Medalla de Oro de nuestra Hermandad, con el fin de premiar a aquellos hermanos que reunieran meritos muy excepcionales. Como es sabido la primera Medalla se le concedió al Canónigo Hispalense y Camarero de Nuestro Titular Don José Sebastián y Bandarán. Huelga razonar los motivos que llevaron a la Junta de Gobierno de ese año a conceder la medalla al sacerdote: difícilmente podrá darse en nuestra querida Hermandad un hermano que haya demostrado de forma más efectiva y eficaz su amor y devoción a Nuestro Padre Jesús de la Pasión. Es por lo que, sin titubeos y por unanimidad se le concedió, conforme propuso el Hermano Mayor, la primera Medalla de Oro de la Hermandad. A los que hemos tenido la dicha de presenciar los momentos íntimos del acto de bajar nuestra Sagrada Imagen y vestirle la túnica de novena o de salida, nos emocionaba profundamente la honda devoción y amor que ponía nuestro don José cumpliendo su sagrada misión. La medalla fue obsequio de todos: en la Sala de la Hermandad se abrió una suscripción para entrega de donativos, que no podía exceder de cinco pesetas.
José Mª Villajos Ruiz
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