Ha fallecido Monseñor José María Cirarda Lachiondo, a los 91 años de edad. Monseñor Cirarda nació en Baquio (Vizcaya) el 23 de mayo de 1917. Licenciado en Filosofía y Sagrada Teología, sería ordenado sacerdote el 5 de julio de 1942. Fue profesor de Teología dogmática en el Seminario de Vitoria, y el 29 de junio de 1960 fue consagrado obispo, auxiliar del Cardenal Bueno Monreal en Sevilla, con residencia en Jerez de la Frontera.
En julio de 1968 fue nombrado Obispo de Santander, y en noviembre del mismo año, Administrador Apostólico de Bilbao. El 4 de diciembre de 1971 se le encomendó a su ministerio pastoral la diócesis de Córdoba. Por último, el 29 de enero de 1978 tomó posesión de la diócesis de Pamplona como arzobispo, a la vez que se hacía cargo de la diócesis de Tudela como Administrador Apostólico. Presentada su renuncia el 23 de mayo de 1992, le fue aceptada con el nombramiento de Monseñor Fernando Sebastián como arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela. Su relación con nuestra Archicofradía fue continuada e importante: predicaría Cultos de Regla, y sobre todo, bendijo la Sagrada Imagen de Nuestra Madre y Señora de la Merced, obra de Sebastián Santos, el 26 de marzo de 1966. Que Nuestro Padre Jesús de la Pasión y Nuestra Madre y Señora de la Merced le concedan el descanso eterno: descanse en paz.
En julio de 1968 fue nombrado Obispo de Santander, y en noviembre del mismo año, Administrador Apostólico de Bilbao. El 4 de diciembre de 1971 se le encomendó a su ministerio pastoral la diócesis de Córdoba. Por último, el 29 de enero de 1978 tomó posesión de la diócesis de Pamplona como arzobispo, a la vez que se hacía cargo de la diócesis de Tudela como Administrador Apostólico. Presentada su renuncia el 23 de mayo de 1992, le fue aceptada con el nombramiento de Monseñor Fernando Sebastián como arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela. Su relación con nuestra Archicofradía fue continuada e importante: predicaría Cultos de Regla, y sobre todo, bendijo la Sagrada Imagen de Nuestra Madre y Señora de la Merced, obra de Sebastián Santos, el 26 de marzo de 1966. Que Nuestro Padre Jesús de la Pasión y Nuestra Madre y Señora de la Merced le concedan el descanso eterno: descanse en paz.
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