Ya hice referencia en el anterior artículo que la mayoría de las devociones, fundaciones y títulos de las hermandades con sede en las distintas ciudades del continente americano por los siglos XVI y XVII, tenían sus raíces en Sevilla. Como también es de suponer que hay otros títulos y advocaciones con orígenes en distintos puntos de nuestra península aparte de los sevillanos.
Pero Sevilla es sin ningún género de duda la ciudad española que aportó al recién descubierto continente americano, el mayor número de advocaciones marianas y de culto de toda la España Católica en los referidos siglos.
Cualquier referencia a la religiosidad en el Nuevo Mundo, de inmediato sale a la luz la devoción a la Virgen de la Antigua, de la que en Colombia existieron copias peninsulares y también en Santo Domingo de Bogotá y que ya se hizo reseña de Ella en mi anterior artículo.
Si la Virgen de la Antigua es de las devociones que con mayor notoriedad atravesaron el Atlántico hacia tierras americanas, se deben tener en cuenta otras devociones y advocaciones marianas que se extendieron por las ciudades y pueblos de todo el continente recién descubierto. La Virgen de los Reyes, la Virgen del Refugio, Nuestra Señora del Remedio, la Virgen de la Luz, Nuestra Señora de la Concepción y un largo etc. imposible en el breve espacio de unos folios recordar y mencionar. Imágenes que siendo titulares de hermandades o patronas de ciudades o fundaciones, las aceptaron en el Nuevo Mundo como suyas.
Se puede hacer mención a una de las más vinculadas con las devociones sevillanas, como es el caso de la Virgen de los Reyes, con capillas en las catedrales de México, Puebla y Lima, y en esta última ciudad fue titular de una cofradía de negros y esclavos que tenía su sede en el templo de San Francisco, figuraba en lugar destacado en la procesión del Corpus limeño lo que demostraba su antigüedad e importancia. Hoy está extinguida.
No menos afamadas fueron las cofradías del Rosario, que se extendían por todo el continente, especialmente en Tunja, Quito, Bogotá y en Lima, donde fue tal la cantidad de devotos a Nuestra Señora del Rosario que dentro del mismo templo de Santo Domingo y con la misma advocación del Rosario existían tres hermandades: La de los Españoles y Criollos, fundada en 1560 y con una imagen titular hermosísima salida de la gubia de Roque de Balduque en su taller de Sevilla el mismo año de su fundación; la de los Naturales que fue la primitiva hermandad fundada en 1550 y la de los Negros y Esclavos que se creo a finales del siglo XVII y cuya imagen la hicieron los artesanos de la localidad.
Una de las hermandades de la Virgen del Rosario, conocida como la de los Españoles y Criollos que gozaba de justa fama de la ciudad limeña, se fusionó en 1647 con la hermandad del Dulce Nombre de María siendo nombrada patrona de las milicias y del virreinato, pocos años después la hermandad fue desposeída del título y concedido a Nuestra Señora de la Merced, como protectora de las “armas republicanas”, nombramiento que motivó una profunda crisis y división en los hermanos del Rosario, dado que cada grupo tenía sus propias ideas tanto raciales como sociales, llegando a afectar a los propios cultos y desfiles procesionales, una anécdota curiosa es con referencia a las joyas que debía llevar la imagen, los mayordomos y priostes no se ponía de acuerdo e incluso tuvieron que intervenir los fiscales bajo apercibimiento de no hacer la estación de penitencia.
Otra de las hermandades limeñas que tuvieron su importancia era la conocida como Congregación de Nuestra Señora de la O, fundada en 1599 en el colegio jesuita de San Pablo, la hermandad poseía una magnifica capilla propia donde se veneraba un impresionante crucificado al parecer de Juan de Mesa.
En la ciudad de Cuzco la hermandad de la Inmaculada Concepción, cuya Titular recibe culto en una capilla de la Catedral, fue patrona de los españoles y la llamaban “La Linda”. Llevada por los conquistadores desde España, actualmente desfila en el magnifico y multicolor Corpus Cuzqueño a hombros de los miembros de su hermandad y devotos.
También relacionada con Sevilla es la Virgen de Guanajuato, trasladada en 1565 hasta la capilla de los Tarascos en la ciudad de Veracruz, donde se funda su hermandad para darle culto. Otra hermandad relacionada con nuestra ciudad es la de Nuestra Señora de Recamador, fundada en 1590 en Santo Domingo de Tunja, poseía capilla propia y era custodiada por unos frailes sevillanos.
El matrimonio sevillano formado por Juan Martín Fragoso y Leonor de Herrera, en 1612 construye una capilla en el barrio limeño de Nueva Triana para que recibiera culto la Virgen de la Cabeza. La imagen que llegó a Lima desde Sevilla, estaba realizada conforme modelo tomado de la Virgen de la misma advocación que ejecutara a mediados del siglo XVI Roque de Balduque y venerada en la sevillana parroquia de San Vicente. Esta imagen de Lima fue hecha para que fuera titular de la Hermandad de Gloria fundada en aquel lugar por entonces prácticamente despoblado. No pasaron muchos años y la devoción a la titular de la hermandad de la Virgen de la Cabeza creció de manera que hubo que ampliar la capilla, cuyas obras fueron realizadas en 1624. La cofradía de la Virgen de la Cabeza, que fue la primera en asentarse en el barrio extremo de la ciudad limeña, pasados los años se vinculó a la patrona de Andujar, aunque como se ha demostrado en sus comienzos tuvo vinculación con la de Sevilla.
Otra hermandad titulada de la Virgen de Belén, la “Mamacha” cuzqueña, la Gran Madre que realizara el artista indio Tuyru Tupac para su barrio indio, recibe culto en la capilla del hospital que lleva su nombre, es de talla completa su procesión se distingue por el modo de llevar la imagen, sobre andas de plata y bajo una especie de quitasol, la Virgen de Belén es muy popular y querida en todo Cuzco.
Otra popularísima hermandad cuyos titulares El Santo Cristo y Nuestra Señora de las Aguas, con sede en el monasterio de la Concepción de Ciudad de México, data su fundación a finales del siglo XVI, su máximo esplendor los alcanzó en los siglos XVII y XVIII. La imagen del crucificado, que por su aspecto invita a la devoción, se cree de factura sevillana, aunque historiadores locales atribuyen la hechura a imagineros locales o españoles emigrados a Indias. La imagen de la Dolorosa es talla para ser vestida, aunque las ropas que por lo general luce no son las adecuadas, su rostro posee una expresión muy dolorosa. Sus cultos son muy solemnes y acuden gran cantidad de fieles.
Muchas hermandades y cofradías de América nos recuerdan las sevillanas, pero como ya he mencionado anteriormente no es posible referenciar a todas ellas. Otras hermandades con sus cultos y devociones han ido desapareciendo, en especial en las grandes ciudades. Lo contrario que sucede en las zonas andinas, donde subsisten con gran vigor en toda la comarca de Cuzco siendo elocuentes las vivencias de las hermandades y la profunda devoción que tienen a sus titulares, particularmente en las poblaciones indias y mestizas.
Dejo para un próximo artículo la devoción a Nuestra Señora de la Bala, dolorosa datada en el siglo XVI que se venera en la Iglesia de Jesús Nazareno de la ciudad de México, la cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y sin lugar a dudas don grandes hermandades de la ciudad de México: La de Balvanera y la Veracruz.
José Mª Villajos Ruiz
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